Todo empieza con una interrogante
Con frecuencia me preguntan de dónde salen mis ideas. Para mí es claro: vienen del mundo con toda nitidez. Pero no es así para todo el que quiere escribir.
Para algunos, encontrar ese puntito, esa línea clara que se convertirá en un relato o novela, puede ser una fuente de frustración. Y es que todos tenemos ideas, pero no todos tenemos la capacidad de convertir algo pequeñito en una secuencia de eventos que dentro de una obra de ficción tenga sentido. Este es un talento que puede ser aprendido mediante la disciplina de observar y preguntar.
Para mí, con extensa experiencia en periodismo y publicidad, las mejores ideas vienen de lo que tenemos a nuestro alrededor. El periódico es una excelente fuente, por ejemplo, la historia real es simple de convertir en narrativa.
Tomemos mi nueva novela, “El último clóset” (Pukiyari Editores, 2016). La sinopsis lee: “Una mujer se arroja a su muerte desde el edificio más alto de Buenos Aires y sale del atentado de suicidio sin siquiera un rasguño, pero carente de recuerdos. Ahora su vida está en manos de un renombrado psicólogo quien la ayudará a descubrir quién es, por qué se quiso quitar la vida, y lo más importante, qué secretos guarda en el último clóset. Suspenso e intriga aguardan detrás de cada puerta, de cada memoria que va descubriendo un nivel nuevo en la espiral del pasado de Yesca Limón y la va llevando a diferentes países, a diferentes momentos, a diferentes decisiones… hasta descubrir la razón por la que a veces es mejor dejar el pasado en el pasado”.
La primera línea de la sinopsis viene de la realidad; lo que sigue, responde a las preguntas: ¿Por qué se quiso suicidar? ¿Y qué pasó después? Estas preguntas son las que alimentarán las siguientes interrogantes que a su vez serán respondidas mediante la narrativa y que pueden ser o no ser valederas para el caso de la vida real pero que de últimas servirán para conformar la historia que el escritor toma en sus manos para hacerla propia.
Me nutro del mundo y explico el mundo a través de mi narrativa. En “Plumbago Torres y el sueño americano” (Penguin Random House, 2011) me embarco en el reconocimiento de la posibilidad histórica de ver un presidente de raíces latinas en Estados Unidos en un futuro tan cercano como 2020. Pero para ello me remonto al terremoto peruano que se llevó a la ciudad de Yungay en 1970 y a una pareja de ese mismo pueblo convertidos en inmigrantes indocumentados accidentales ese día. Cuento la historia de esa pareja ficcional y a través de ellos es posible crear un mundo en donde se puede explicar 50 años de historia peruana y de Estados Unidos. El terremoto es verdadero pero el resto de la historia y los personajes en la novela no lo son.
En “99 Amaneceres” (Pukiyari Editores, 2013) el tema del amor incondicional es explorado a través de un grupo de mujeres en Nueva York después del 9/11. Y en “Noche de penas” (Pukiyari Editores, 2014) el arrancador es la noticia de la muerte de un grupo de personas durante una ceremonia de sanación.
Es un hilito todo lo que se necesita para iniciar una obra de ficción, pero ese hilito, con mucho esfuerzo, claridad mental y dedicación se puede convertir en una fabulosa historia original.
Ani Palacios es una escritora y periodista peruana que emigró a los Estados Unidos en 1988. Dirige Contacto Latino y Pukiyari Editores. Ha ganado múltiples International Latino Book Awards. Ha presentado en conferencias universitarias y ferias del libro. A través de Contacto Latino lleva a cabo anualmente dos concursos literarios internacionales. Se le puede encontrar en www.anipalacios.com y www.pukiyari.com